De
chiquito me enseñaron que existían unas islas, las Islas Malvinas. Las Islas Malvinas eran argentinas pero
estaban ocupadas ilegalmente por los británicos, de todas formas eran nuestras
igual y todo el mundo pensaba así. “Qué
injusticia”, pensé.
Fui a un colegio doble turno, es decir que a la mañana tenía
clases de castellano y a la tarde clases de inglés (con sus respectivas
materias: literature, science, religion, etc.). No lo olvido más, había un
mapamundi gigante en mi aula de cuarto grado con todos los nombres de los países
y capitales en ingles. Quizá fui demasiado lejos, quería saber como se decía Islas
Malvinas en inglés…gran sorpresa me encontré cuando ubiqué el archipiélago. “Falkland
Islands (GB)”. Estaba acostumbrado a los mapas que venden en cualquier librería
en donde aparece la leyenda “(Arg)”. No entendía.
Cuando crecí entendí el sentido de la Guerra de Malvinas y
que la Junta Militar hizo todo mal. Todo mal para intentar recuperar algo que
nos pertenecía. Aún nos pertenecen, pero no podemos desligarnos así como así de
la responsabilidad que tuvo el gobierno de iniciar una guerra donde, además de
todo, murió gente.
Siempre disfruté más de las clases de inglés que las de
castellano, me gustaba hablar en inglés. Soñaba con viajar a Londres y sacarme
una foto con el Big Ben de fondo, quería una foto con esa obra majestuosa que aparecía
en mi libro de texto.
Ya de más grande viajé a Inglaterra, hablé en inglés hasta
el cansancio y me saqué una foto con el Big Ben. Me compré la camiseta de la selección
de cricket de Inglaterra, estaba en oferta y me parecía algo que en Buenos
Aires nunca iba a poder conseguir. Es una remera que me gusta mucho y que uso
muy seguido.
“Yo si fuese tu papá no te dejaría usar esa remera”, me dijo
un familiar. “Que momento para ponerse esa remera eh…”, me advirtió un taxista.
Ese sentimiento nacionalista pedorro es
el que arruina todo para que construyamos algo en torno a la recuperación de
las islas. La confrontación y las diferencias como estrategia de negociación son
pésimas para lograr lo que se quiere. Arturo Prins (link) resume bastante bien
esta idea en su columna en el diario La Nación.
Quiero ser claro para que no se tilde a esta idea de anti-patriótica,
el derecho de autodeterminación no es aplicable al caso Malvinas. Se contrapone
con el Derecho de Integridad Territorial que viene de los territorios heredados
de la Corona Española a partir del Tratado de Tordesillas ergo, Pacta Sunt Servanda. La ONU también lo reconoce así, aunque en
realidad no se cuanto peso esto tiene.
A partir de la escalada mediática que el conflicto de Atlántico
Sur tuvo, comencé a seguir más de cerca el tema desde la red social de Twitter.
Allí me encontré con la editora del periódico local Penguin News , Lisa Watson, con una cuenta patriótica del gobierno de las Islas y con dos cuentas que relatan en tiempo real
lo sucedido hace 30 años: una versión argentina y una británica .
Es muy interesante el intercambio de ideas que esto genera.
Lo más loco que encontré entre las opiniones fue la de Esteban
Cichello Hubner, profesor universitario de Oxford, en donde propone un Protectorado Argentino-Británico de las
islas Falklands/Malvinas Autónomas, bajo el lema "un pueblo, dos
pasaportes y tres banderas". Ésta nota de Newsweek lo explica bastante bien.
Es un sentimiento de enajenación que tenemos con las Islas, nunca
tan oportuno el título del documental de Lanata: “Tan lejos, tan cerca” .
Son más las cosas que nos unen como personas que las que nos desunen por los
intereses de nuestros gobiernos.
También es un sentimiento de tristeza, de tener algo que
realmente no tenemos. Más dolor es saber que chicos de 18 años murieron ahí,
que muchos otros decidieron no vivir más y que otros tantos aún les cuesta salir
de ese estado de “vergüenza” al mejor estilo Primo Levi.
Creo firmemente el la idea de una construcción ciudadana,
que dialogue con los habitantes de las islas, que implemente programas de
intercambios, de estudio, de practicas laborales, etc.
Es muy obstinado pensar que con amenazas, juicios y embargos
se puede llegar a algo.
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